Autor: Rubén D. Gallardo
La Musicoterapia tiene como objeto el estudio y análisis de las modalidades de relación de las personas, de sus Modos y Engramas Relacionales y su incidencia en los distintos procesos que afectan su salud. Utiliza para ello la voz, el sonido, la música, como objetos receptores de las atribuciones y significaciones que, por propia iniciativa, les otorga el paciente. Lo relacional aparece expuesto como modos de interactuar ligados analógicamente a factores constitutivos, expresados en lo cotidiano, a través de la singular forma en que cada uno despliega su potencia, su agresión, y su seducción. La particularidad que adquieren estos Modos Originarios de Relación son, entre otras muchas manifestaciones complementarias, las que conforman la constelación de sus modalidades relacionales y que darán un carácter singular a sus Engramas Relacionales.Autor: Rubén D. Gallardo
Cuando se hace Musicoterapia es probable que se interprete música, se aprenda música, se cree música y se escuche música; pero la finalidad no es ni la interpretación, ni la creación, ni el aprendizaje, ni la audición pasiva: la finalidad del accionar Musicoterapéutico es la resolución de la problemática por la que consulta. A los Musicoterapeutas, ni la música, ni los instrumentos, ni el sonido, ni la voz nos “dicen” nada acerca de la subjetividad del paciente. Las atribuciones y significados que la grilla cultural deposita sobre el lenguaje musical, sus generadores, los materiales que utiliza y el resultado de sus producciones, enmascaran, sustituyen y someten la expresión de la singularidad del paciente. Es el Paciente quién inviste y significa estas herramientas para que el Musicoterapeuta “entienda” algo de su subjetividad y de lo que lo aqueja proyectado relacionalmente a través de ellas .Musicoterapia y Salud Mental. Prevención, Asistencia y Rehabilitación
Autor: Rubén D. Gallardo
La inmensa mayoría de estudiantes y egresados ha tenido y tiene la sospecha de que algo no anda bien en la musicoterapia con que se forman o la que ejercen en su práctica clínica, y frecuentemente opta por resignarse o “hacer la suya” o recurrir a los “referentes” de turno para intentar resolver esta situación; pero lejos de encontrar una solución a su problema vocacional o profesional terminan abandonando la profesión, o aislándose y ejerciéndola de acuerdo con lo que se les va ocurriendo en el camino. Al incorporarse paulatinamente las distintas disciplinas que interactúan en la tarea de los equipos, para lograr una cada vez mayor comprensión de la patología psíquica, y luego de pasados casi quince años, en 1983 la Musicoterapia encuentra su primer lugar legal de reconocimiento dentro de la estructura de la Salud Pública (Inclusión de la “Función Musicoterapeuta” dentro de la Carrera Profesional Hospitalaria de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires).
Libro disponible en Editorial Ugerman